Este día fue especial, ¿y por qué? Porque era mi cumpleaños y nos íbamos de excursión a Kamakura!

Desde que llegamos a Japón y estuvimos mirando los sitios que visitar, sabía perfectamente que ese 1 de Febrero lo quería emplear en visitar el Gran Buda de Kamakura.

Llegar a Kamakura, teniendo el JR Pass, desde Tokio se convierte en apenas una hora. Luego hay un paseo de unos 25 minutos hasta este templo.

El Gran Buda es una estatua de 13’35 metros de altura y 93 toneladas del Buda Amida,  hecha de placas de bronce. Es la segunda estatua de Buda sentado más grande de Japón.

Se sitúa dentro del Templo Kotoku-in, que es un templo budista de la escuela Tierra Pura.

El hecho de que este Buda esté al aire, rodeado de verde y siempre visto rodeado de tanta fe, a mi es algo que me impactó. Por eso (os cuento un secreto) años después decidí tatuarmelo en la pierna.

Sé que esto no está bien visto en el budismo, y a pesar de yo seguir esta religión, decidí así llevarlo conmigo siempre, ya que para mí el budismo es más una filosofía de vida. Y este momento, incluso el viaje, significó mucho para mí.

Visitarlo cuesta 200 yenes y tenéis la oportunidad de entrar dentro del Buda por 20 yenes más, ya que éste está hueco. Opciones para todos los gustos!

A parte del Gran Buda, en Kamakura tenéis más templos, santuarios e incluso un bosque de bambú. Podéis pasar todo el día en esta encantadora ciudad, o dependiendo de vuestro tiempo, volver a seguir visitando Tokio.

Es una ciudad encantadora y muy cómoda de recorrer, así que por supuesto esta es mi primera recomendación en los alrededores de Tokio: de excursión a Kamakura ! ❤️

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